lunes, 28 de septiembre de 2015

Crònica de "La Semana por los Derechos de la Juventud 2015" - Chapadmalal - por Alberto Croce



CRONICAS DE CHAPADMALAL 2015
Llegué anoche tarde de Chapadmalal, luego de participar de la 9a. edición de la Semana por los Derechos de la Juventud. Y sentía por dentro, mientras manejaba en la ruta, esa ansiedad que a veces siento cuando vuelvo de esos encuentros que me han llevado por el mundo. Esta vez, era cerca del mar, en ese ya querido hotel 4 de los complejos turísticos que un día alguien soñó para que nuestro pueblo pudiera conocer y disfrutar del sol y de la playa y que hoy, más 60 años después, sigue reproduciendo ese milagro infinito de ver el cielo confundirse con las olas y la arena y estampar en los rostros esas sonrisas incomparables llenas de asombro.
Los meteorólogos nos anunciaban casi 4 días seguidos de lluvia. Y acertaron sólo en el viaje de ida y en las primeras horas del Encuentro. Pero un persistente viento sur fue arrasando con las nubes y despejando el cielo manteniéndolo abierto y luminoso para todos los que llegamos a "Chapa".
Este año, algo más de 700 jóvenes se animaron a juntarse. Un año difícil para nosotros. Campañas de por medio, no fue sencillo realizar la "Semana" y debimos animarnos a correr muchos riesgos para poder juntarnos una vez más. Y siento necesidad de felicitar al equipo que llevó adelante esta nueva edición, liderado por Mariela Ortiz Suález, que con su "panza llena de vida" se las bancó todas. Un orgullo contar con un equipo así.
Este año, el eje que nos reunió fue el de asumirse como "juventudes encontradas" en un momento en los que la fragmentación nos amenaza por tantos lados y tantos motivos. Y allí llegaron jóvenes que militan en organizaciones políticas, en organizaciones sociales, en organizaciones sindicales, en organizaciones de derechos humanos, en escuelas, en centros de estudiantes... Distintos, diversos y con ganas de encontrarse y, como varios dijeron, de escucharse. Parece poco pero es inmenso.
Como siempre, la Semana ratificó este año su vocación de participación en las políticas públicas centrando el eje de debates en el nuevo espacio que generará la nueva Ley de Juventudes, que el Congreso Nacional se apresta a sancionar. Ley que recibió el aporte de miles de jóvenes y que desde la Semana, venimos trabajando desde la 8a. Edición y desde varios de los encuentros regionales que se realizaron este año.
Por eso estuvieron con nosotros varios miembros de la Subsecretaría Nacional de Juventud que explicaron a todos y todas el espíritu y las instituciones que esta nueva Ley impulsarán en nuestro país.
Y para que esa discusión fuera todavía más enfocada y profundizada, nos acompañaron muchos funcionarios públicos de diversas áreas y espacios que permitieron considerar cómo esta Ley tendría impacto en las propias políticas de sus respectivas instituciones. Por eso estuvieron con nosotros funcionarios del AFSCA, del INADI, del SEDRONAR, del Ministerio de Educación de la Nación, de Desarrollo Social, de la SENNAF, del Ministerio de Seguridad, del Ministerio de Salud, de la Secretaría de Ambiente y Recursos Naturales, de la Procuraduría General de la Nación, del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, de varios municipios y también legisladores. Una experiencia extraordinaria de encuentro y diálogo que, en Chapa, llamamos, las "Rondas Políticas". Este año, nuestra querida compañera y amiga, Marisa Graham, nos dio un vibrante mensaje que nos llegó mucho porque vino de una vida militante y comprometida con el proyecto de país y de región que venimos construyendo.
Fueron debates intensos y muy ricos. Que se sucedían más o menos simultáneamente con los que se estaban dando en la sede de las Naciones Unidas en donde otro argentino, el Papa Francisco, llamaba a comprometerse con las mismas causas en las que nosotros estábamos empeñados en estas playas del sur del querido y dolido planeta donde vivimos.
El mundo se conmovía con sus palabras y yo con las de los jóvenes que con palabras sencillas, profundas, apasionadas, buscaban construir un mundo que soñamos y que tantas veces se nos hace esquivo.
Jóvenes que no tuvieron ningún miedo de hablar delante de los micrófonos de la TV Pública que decidió este año transmitir en directo desde Chapadmalal toda una tarde de nuestro encuentro. Sí, una tarde que, para nosotros esta vez, no fue UNA TARDE CUALQUIERA. Jóvenes que se animaron a hablar de la lucha contra las discriminaciones, el derecho a la educación y el trabajo, con una firmeza y contundencia que nos dejó sorprendidos a más de uno...
Nada de esto es casual, ni tampoco "magia". Es fruto de un trabajo intenso y continuado de todo el año y de mucho más tiempo en perspectiva. Las más de 80 organizaciones que participan de distinta manera del espacio de la "Semana" son organizaciones de luchadores. En los barrios, en las escuelas, en las calles, en los trabajos, en las universidades... en muy distintas geografías de la patria. Escenarios brindados de mates, vinos y "fernés"... Escenarios sonoros de chayas, carnavalitos, cumbias, chamamés, hip hop y rock. Jóvenes que se enamoran de las luchas y se renuevan en convicciones de que es posible un mundo mejor si lo hacemos entre todos y todas. Jóvenes que se la plantan a la vida con HIV, con discapacidades, con discriminaciones raciales, con pisos de tierra y con la lucha contra las adicciones en las que los ha metido el mundo del consumo y la banalidad. Jóvenes que se visten de banderas con consignas o se tatúan los brazos y las piernas con sus consignas, creencias, amores y desafíos. Jóvenes que se enamoran del amor y se asquean de la corrupción y de la bajeza de los que usan el poder como instrumento para lograr privilegios.
La Semana intenta y creo que logra ese maravilloso objetivo que es abrir el horizonte a nuevos horizontes. Los jóvenes que se encuentran con ese mar inmenso que todo el día se presenta ante sus ojos como abrazando al encuentro, también se encuentran con otro horizonte inmenso en donde los distintos temas y derechos se les presentan como invitándolos al compromiso con la complejidad de una lucha que debe hacernos renunciar a las tentaciones blanquinegras que algunos quieren vender pero que son engaños y simplificaciones que no conducen a ningún lugar certero.
Como decía un pibe en un plenario, la palabra que describía mejor su experiencia en la Semana era "deconstruir". Porque sentía necesario volver a leer y a entender muchas de las cosas que hasta aquí había pensado e interpretado.
Y como estas crónicas deben cerrarse, porque uno nunca puede creerse que ha dicho todo lo que quisiera o debería, comparto con ustedes el testimonio maravilloso de uno de los jóvenes dirigentes que pasó por Chapadmalal este año. "Veo cuánto hemos crecido. Veo que estamos reflexionando y compartiendo con mucha mayor profundidad que otros años". Estas palabras son importantes, pero quizás algunos se pregunten por qué las elegí. Lo hice porque el que las dijo, es un joven ciego. Y si la Semana por los Derechos de la Juventud logra que un pibe ciego pueda ver, yo me siento muy feliz.
Gracias pibes por su amistad, su cariño y su compromiso. Gracias coordinadores por su presencia y todo lo compartido. Gracias, compañeros de SES, una vez más, por todo el trabajo que hizo posible esta nueva edición de la Semana.
Será hasta su décima edición en el 2016.

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