Fundación SES está cumpliendo 15 años.
Haber surgido cuando comenzaba este siglo en Argentina nos ha implicado caminar por una senda que ha sido vivida con intensidad, compromiso y no sin dificultades.
Nos propusimos, desde el primer momento, trabajar con nuestro mayor entusiasmo y profesionalidad, para lograr una inclusión con calidad de los y las adolescentes y jóvenes. Y hacerlo desde la perspectiva y exigencia que tienen los derechos humanos y sociales.
Nuestras estrategias fueron, por un lado, fortalecer un tejido social a lo largo y ancho de nuestro país, que identificara y eligiera asumir este compromiso junto a nosotros. Por el otro, tratar de aportar a las políticas públicas como perspectiva de escala y llegada a miles y miles de adolescentes y jóvenes.
Desde un principio fuimos concientes de que no se trataba de satisfacer las propias necesifpdades institucionales sino de transformar una realidad que nos golpeaba: la de casi un millón de adolescentes y jóvenes que estaban fuera de la escuela y no trabajaban, que por entonces estaban casi totalmente invisibilizados, y por lo tanto, tampoco tenían vías de inclusión y acceso a los derechos que la Constitución les reconocía, pero que allí se les garantizaban.
En estos 15 años pasaron muchas cosas en el país, en América Latina y en el mundo.
Argentina ha vivido un proceso de transformación y recuperación que ha implicado mejoras impensables en las vidas de millones de familias. El Estado se ha recuperado y ha vuelto a liderar los cambios que se viven en el país.
La situación de los adolescentes y jóvenes, también ha mejorado sustancialmente.
Se sancionaron leyes fundamentales, como la de protección a la infancia y la ley nacional de educación. Las leyes del voto adolescente y las de centros de estudiantes, entre otras.
Contamos hoy con políticas públicas que se focalizan en aquellas problemáticas y desafíos que a nosotros nos impulsaron a caminar hace 15 años como Fundación SES.
Sin embargo, también reconocemos que subsisten grandes sectores de la sociedad que no lograron iguales niveles de mejora que otros. Y que aún persisten miles y miles de adolescentes y jóvenes que no estudian ni trabajan. Por tanto, aunque de diferente manera y con un contexto muy diferente, Fundación SES sigue sintiendo que su compromiso continúa siendo hoy necesario en nuestro país y también en América Latina.
Por eso celebramos nuestros 15 años con la intención de alegrarnos por todos los aprendizajes, logros y objetivos alcanzados, pero también de relanzarnos a profundizar nuestra misión para los próximos años.
Queremos reforzar nuestras alianzas, renovar nuestras asociaciones, reimpulsar nuestros compromisos.
Será un año intenso de celebración y también de reafirmación.
Hemos aprendido muchas cosas en estos 15 años. Pero sobre todo, hemos aprendido que es necesario seguir aprendiendo siempre para poder ser eficaces en lo que hacemos y proponemos. Por eso el desafío es mayor.
Hace 15 años, un adolescente que abandonaba la escuela muchas veces no tenía dónde garantizar una comida diaria. Hoy, cuando un adolescente argentino abandona la escuela, lo hace con una computadora entre sus manos. Es todo un símbolo del nuevo mundo que estamos viviendo.
Los nuevos jóvenes del Siglo XXI nos requieren renovarnos y escuchar sus nuevas necesidades y exigencias. No se trata de repetir. Se trata de recrear para ir más allá. Y, siempre, "con todos los jóvenes."
Haber surgido cuando comenzaba este siglo en Argentina nos ha implicado caminar por una senda que ha sido vivida con intensidad, compromiso y no sin dificultades.
Nos propusimos, desde el primer momento, trabajar con nuestro mayor entusiasmo y profesionalidad, para lograr una inclusión con calidad de los y las adolescentes y jóvenes. Y hacerlo desde la perspectiva y exigencia que tienen los derechos humanos y sociales.
Nuestras estrategias fueron, por un lado, fortalecer un tejido social a lo largo y ancho de nuestro país, que identificara y eligiera asumir este compromiso junto a nosotros. Por el otro, tratar de aportar a las políticas públicas como perspectiva de escala y llegada a miles y miles de adolescentes y jóvenes.
Desde un principio fuimos concientes de que no se trataba de satisfacer las propias necesifpdades institucionales sino de transformar una realidad que nos golpeaba: la de casi un millón de adolescentes y jóvenes que estaban fuera de la escuela y no trabajaban, que por entonces estaban casi totalmente invisibilizados, y por lo tanto, tampoco tenían vías de inclusión y acceso a los derechos que la Constitución les reconocía, pero que allí se les garantizaban.
En estos 15 años pasaron muchas cosas en el país, en América Latina y en el mundo.
Argentina ha vivido un proceso de transformación y recuperación que ha implicado mejoras impensables en las vidas de millones de familias. El Estado se ha recuperado y ha vuelto a liderar los cambios que se viven en el país.
La situación de los adolescentes y jóvenes, también ha mejorado sustancialmente.
Se sancionaron leyes fundamentales, como la de protección a la infancia y la ley nacional de educación. Las leyes del voto adolescente y las de centros de estudiantes, entre otras.
Contamos hoy con políticas públicas que se focalizan en aquellas problemáticas y desafíos que a nosotros nos impulsaron a caminar hace 15 años como Fundación SES.
Sin embargo, también reconocemos que subsisten grandes sectores de la sociedad que no lograron iguales niveles de mejora que otros. Y que aún persisten miles y miles de adolescentes y jóvenes que no estudian ni trabajan. Por tanto, aunque de diferente manera y con un contexto muy diferente, Fundación SES sigue sintiendo que su compromiso continúa siendo hoy necesario en nuestro país y también en América Latina.
Por eso celebramos nuestros 15 años con la intención de alegrarnos por todos los aprendizajes, logros y objetivos alcanzados, pero también de relanzarnos a profundizar nuestra misión para los próximos años.
Queremos reforzar nuestras alianzas, renovar nuestras asociaciones, reimpulsar nuestros compromisos.
Será un año intenso de celebración y también de reafirmación.
Hemos aprendido muchas cosas en estos 15 años. Pero sobre todo, hemos aprendido que es necesario seguir aprendiendo siempre para poder ser eficaces en lo que hacemos y proponemos. Por eso el desafío es mayor.
Hace 15 años, un adolescente que abandonaba la escuela muchas veces no tenía dónde garantizar una comida diaria. Hoy, cuando un adolescente argentino abandona la escuela, lo hace con una computadora entre sus manos. Es todo un símbolo del nuevo mundo que estamos viviendo.
Los nuevos jóvenes del Siglo XXI nos requieren renovarnos y escuchar sus nuevas necesidades y exigencias. No se trata de repetir. Se trata de recrear para ir más allá. Y, siempre, "con todos los jóvenes."
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