jueves, 5 de febrero de 2009

Nos llega esta carta de un profesor joven de Formosa


Estimados amigos:

Les escribo con el afán de obtener alguna respuesta a mi inquietud como docente responsable y comprometido con la realidad que hoy me toca afrontar. En primer lugar me quiero presentar de manera breve, soy Ángel Maciel, tengo 28 años de edad, vivo en la provincia de Formosa, soy profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación, mi DNI es 28093831, actualmente me encuentro trabajando en la localidad de Villa 213 (km 213) distante a 150km de la ciudad capital, como profesor.
Tengo la tarea y misión de educar, o al menos intentarlo, a jóvenes de escuelas rurales, de la localidad mencionada(km213) las escuelas se encuentran a 38km, 42km, y 50km respectivamente. El desafío que nos toca afrontar a mi y otros cinco docentes más es llevar a cabo el Ciclo Básico Secundario comprendidos por el 1º, 2º y 3º respectivamente. En el núcleo educativo que me encuentro asignado está comprendido por tres escuelas: Escuela nº 229(Colonia San Simón), Escuela nº 202(Colonia El Bañadero) y la Escuela nº 286(Colonia Rodas).
Los alumnos que concurren a ellas tienen características relativamente homogéneas con respecto a la realidad en la que se encuentran insertos, pero con características diferentes y procesos educativos distintos entre ellos. Así desde el año pasado que se comenzó con la tarea del Secundario recibimos alumnos que habían terminado el 7º grado al año anterior, otros que habían terminado hace algún tiempo (uno, dos y tres años) que por diversas circunstancias no pudieron continuar con sus estudios, motivos familiares, de trabajo, de lejanía hacia otros centros educativos para continuar con el proceso educativo.

Por ello para nosotros docentes este primer año transcurrido fue arduo, con dificultades pero pudimos llevar a término el año con una matricula variable como lo fue durante el año. Se imaginaran la tarea que demandó y va seguir demandando el nivelar a los alumnos a un grado de conocimientos mínimos para afrontar el nivel secundario. En muchos casos nos encontramos con alumnos que no s
aben aún dividir por ejemplo, y les cuesta horrores leer y comprender un texto.
Esa es nuestra tarea.
En lo estrictamente pedagógico nos encontramos implicados en la tarea de promover, generar procesos en los alumnos que les permitan por sobre todo relacionarse y tener herramientas necesarias para manejarse en su medio, y nuestro mayor anhelo es que puedan continuar sus estudios hacia el Ciclo Orientado (4º, 5º y 6º año) y quien dice poder seguir estudios terciarios o universitarios, como así también poder encarar algún oficio con mayores recursos. Desde los programas provinciales y nacionales que asisten estos proyectos y opciones en el nivel educativo recibimos cursos, encuentros, materiales didácticos (lastimosamente no en todas las escuelas) que ayudan a esta tarea.
En todas las escuelas en las que funciona el Ciclo Básico Secundario, son escuelas del nivel primario, en las que nos prestan algún salón y damos las clases a contraturno. No poseemos salón propio, funcionamos articuladamente con el nivel primario. Así también la realidad de estas tres escuelas a nivel material también es distinta. En las tres escuelas el agua se junta en aljibes, de lo que toda la comunidad es beneficiaria. Esto es un problema real y latente, más en estos tiempos de sequía se hace a veces difícil mantener un ritmo normal de cursado.
También la realidad ocupacional de los habitantes de las colonias donde se encuentran emplazadas las escuelas es netamente rural, familias que viven del cuidado de algun
os animales (ganado, chivos, cerdos, etc…) y de lo que puedan sembrar en la tierra. Se marca en nuestras realidades el trabajo “changa” de los padres y algunos alumnos mayores. Otros tienen la suerte de poder estar empleados en estancias cercanas.
Son muchos los desafíos que tenemos al interior de la escuela, como al exterior. Se nos hace primordial poder trabajar con las familias de los alumnos, los padres o tutores para poder hacer conciencia en ellos primero de la importancia del estudio para que puedan mandar a sus hijos no simplemente como una obligación sino que lo puedan percibir como una inversión para sus familias como para el desarrollo del proyecto de vida de sus hijos.
También tenemos muchas necesidades materiales, algunos chicos hacen varios km hacia la escuela, a pie, a caballo; no contamos con comedores en el nivel secundario si bien en estas tres escuelas funcionan los comedores del nivel primario tenemos realidades de alumnos que llegan a la escuela con hambre. Sentimos la necesidad también de contar con un salón propio para el secundario, poder contar con los símbolos patrios mínimos para desarrollar los actos en las escuelas, poder contar con algún sistema que nos garantice tener agua los 365 días del año para la escuela como para la comunidad, y también contar con energía eléctrica, ya que no contamos con ella en una de las escuelas.

La intención de mi carta es comunicar, hacer conocer estas realidades para crear puentes de ayuda, de asesoramiento, capacitación y financiación para poder afrontar estas realidades mencionadas. Así mismo nos gustaría recibir asesoramiento, capacitación para la realización de proyectos que nos permitan conseguir los elementos que nos hacen falta para llevar a cabo nuestra tarea educativa.

Esta primer carta pretende ser la punta de lanza para darnos a conocer, esperando sus respuestas iremos armando una presentación con fotos y testimonios de los alumnos, docentes y padres implicados en este proyecto.

Sin otro particular me despido de Ustedes esperando su respuesta y saludándolos con distinguida atención.

Profesor Ángel Maciel.
Coordinador del Ciclo Básico Secundario.

Si desean escribirle a Angel :
angelenriquemaciel@yahoo.com.ar

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